lunes, diciembre 25, 2017

Una vida oscura y desesperante sin electricidad en Puerto Rico


MOROVIS, Puerto Rico.- Tres días antes de Navidad, Doris Martínez y su hija Miriam Narváez hacían cola con muchos de sus vecinos frente al ayuntamiento en Morovis, una localidad de 30.000 habitantes sin electricidad en el centro montañoso de Puerto Rico un mes después del paso del huracán María.

Esperaron durante dos horas bajo el sol implacable a que les entregaran su ración bisemanal: 24 botellas de agua y una caja de cartón con tortillas, verduras enlatadas, cereales y otros productos básicos.

Martínez, de 73 años, colocó el agua sobre los alimentos y ascendió la ladera escarpada a la casa donde vive sola, lava y escurre su ropa a mano y se encierra por las noches por miedo a los ladrones. Su hija de 53 años cargó los bienes en su auto y fue al complejo de viviendas públicas para hacer cola con decenas de vecinos para cocinar en uno de los seis quemadores de gas en la oficina del administrador. 

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