lunes, enero 08, 2018

Vendedores y choferes convierten la capital en inodoro público


En la calle París casi esquina avenida Duarte una haitiana vendedora de empanadas que lucían suculentas despacha una por 15 pesos a una niña, pero minutos antes la mujer se había colocado detrás de una casucha para orinar en una cubeta, orina que posteriormente lanzó en la acera del frente.

Ese es el diario vivir en esa zona del Distrito Nacional, donde el hedor y el comercio informal se han adueñado del lugar. Adultos, niños y ancianos conviven entre desechos sólidos, y la complicidad minimiza la falta de higiene y contaminación que allí impera.

El objetivo de los vendedores informales es lograr el pan de cada día para mantener a su familia. Al parecer la higiene y la salud de los consumidores no importa cuando de sobrevivir se trata.

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