El último viernes estaba dando de comer trozos de carne a un cocodrilo al que apodaban Merry, cuando el animal de más de 5 metros de largo tomó impulso con sus patas y pegó un salto, según la hipótesis principal que manejan los investigadores.
Con su boca alcanzó a traspasar la pared de concreto que rodeaba su estanque, capturó a Deasy y la arrastró hasta el agua. Allí la devoró viva, arrancándole el brazo izquierda y mutilando su torso.
Los empleados del laboratorio se percataron recién a la mañana siguiente cuando notaron una "forma extraña" en el agua. Enseguida detectaron que era Merry con una parte del cuerpo de Deasy atrapado entre sus mandíbulas. Los trabajadores tuvieron que luchar durante un buen rato para rescatar el cuerpo de las científica. El cocodrilo tironeaba y se resistía.
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