Mantenerte ocupado tendrá tu mente enfocada en cosas que te alejen de emociones negativas que detonen este padecimiento
Aún
no acaba la cuarentena y ya muchos han comenzado a sufrir los estragos
en su cuerpo sumando unos kilitos de más. La crisis sanitaria por COVID-19 nos ha puesto a muchos en jaque y los golpes emocionales han detonado cambios en nuestros hábitos alimenticios.
El miedo, la ansiedad e incertidumbre son factores que podrían haber detonado que padezcamos el síndrome de ‘hambre emocional’.
De
acuerdo con información publicada en diferentes medios especializados
en alimentación y nutrición, esta afectación se presenta cuando comemos
de manera descontrolada sin tener hambre real, lo cual puede ser causado
a partir de cambios dentro de nuestro estado de ánimo como miedo o
ansiedad.
Esta
afectación se caracteriza por una necesidad excesiva de comer de forma
impulsiva e incontrolada. A través de esto, la persona afecta busca
compensar la sensación de perturbación por algún conflicto emocional, a
través de la comida.
El
pánico por contagiarse de coronavirus, así como la sensación de
encierro y soledad por el distanciamiento social ha hecho que algunas
personas caigan en problemas emocionales graves como la depresión, que
traen consigo este tipo de trastornos de alimentación que podrían
desencadenar otras enfermedades crónicas como la obesidad o la diabetes.
¿Cómo hacer frente a este mal?
Si
crees tener este tipo de padecimiento, lo más recomendable es acudir
con un experto que te ayude a lidiar con los problemas emocionales que
están detonando estos comportamientos compulsivos.
Asimismo,
mantenerte ocupado tendrá tu mente enfocada en cosas que te alejen de
emociones negativas que detonen este padecimiento. Intenta hacer cosas
que siempre hayas querido realizar en tu casa y no habías podido hacer
por falta de tiempo.
Recuerda jamás
automedicarte, en lo posible llevar una dieta balanceada y realizar
ejercicio, el cual te ayudará a relajarte y bajar de peso al mismo
tiempo.