Aunque son dos condiciones distintas, estas normalmente se combinan creando una situación de malestar constante en la persona.
En su definición el estrés es una condición natural del organismo que nos permite adaptarnos a diferentes circunstancias, lo que significa que éste de manera controlada no es malo. Lo que lo hace negativo es cuando el nivel de estrés es muy alto, pues no lo sabemos manejar y se prolonga en el tiempo.
Por otro lado, la ansiedad también es una reacción normal que permite estemos alertas cuando estamos experimentando algo nuevo; sin embargo cuando generamos esta sensación de manera constante y por todo, se convierte en una situación angustiante.
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