“Cualquier cosa no me va a devolver a mis hijos, no va a despertar a su madre, que se cumplan las leyes terrenales si es cárcel para corrección, pero no quiero que en la cárcel que llegue no lo maten”, explicó tras un profundo suspiro.
Con visible tristeza, el señor Bodden explicó que una vez sea enviado a la cárcel los internos no le pongan la mano y que más bien este pague su culpa y reflexione.
Relató que la última vez que su hermana le llevó su hija menor de seis años le envió mensajes a sus otros hijos con ella porque no los veía frecuentemente.
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