El conuquismo, la quema sin control, la tala de árboles y el cambio en el uso de suelo en las comunidades ubicadas alrededor del área protegida y su zona de amortiguamiento inciden en la pérdida del líquido que alimenta la cascada de 40 metros.
La información la comparte con Listín Diario el vicepresidente de la Asociación Comunitaria Ecoturismo Salto del Limón (Acesal), Salvador Alcalá.
El salto está seco desde mayo de este año, dice Alcála. En el 2015, debido también a la sequía, las excursiones se pararon por un mes.
Alcalá descarta, ante todo, que se trate de robo de agua en la parte alta del río.
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