Pero eso es exactamente lo que acaba de ocurrir. El fabricante chino Geely se convirtió este viernes en el mayor inversionista de la empresa Daimler, dueña de Mercedes-Benz.
Geely, que ya era dueña de la sueca Volvo y la inglesa London Taxi Company, invirtió US$9.000 millones en la operación, adquiriendo un 9,7% de participación accionaria. Pero el negocio no se produjo sin polémica.
Luego de que se generara una creciente inquietud porque las empresas chinas podrían tener demasiada influencia en las economías europeas, el gobierno alemán intervino en el debate.
Los autos de Geely son conocidos dentro de las fronteras chinas, pero no en el exterior.
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