Cuando
el 27 de marzo del 2007 el presidente Leonel Fernández inauguró el
parque Ambiental de la avenida Nuñez de Cáceres, los residentes saltaron
de alegría.
Pensaron
en ese momento que desaparecería lo que hasta ese día había sido un
dolor de cabeza, por la contaminación y los actos delictivos que se
producían en sus alrededores.
Y
ciertamente así fue. La zona fue rescatada. Los asaltos se fueron al
pasado. El área recreativa se convirtió en un lugar de diversión,
entretenimiento y área de ejercicios para los residentes.
El
lugar fue, además, concebido para resolver los problemas sanitario,
pluvial y medioambiental de las urbanizaciones El Millón, El Milloncito,
Las Praderas, Rosmil, La Castellana, Los Prados, San Gerónimo y
Quisqueya.
Al parecer esta parte fue solucionada desde entonces, debido a que las quejas de los residentes desaparecieron.
Hoy,
a poco más de un mes para que el parque Ambiental de la Núñez de
Cáceres cumpla sus 11 años, la zona parece haber regresado a su estado
anterior.
La hermosa fuente, cimentada en una escultura de “Agua Fragmentada” es solo un pedazo de hierro y cemento abandonada.
Y
lo que antes era un adorno, hoy es solo un recuerdo para los escasos
visitantes. Otros dijeron que aun se arriesgan y “con mucho cuidado” el
ejercitar en el lugar.
Se
quejan porque la fuente de agua, el alumbrado y verdor de sus jardines,
parece haber sido escenario de una batalla, en donde la lucha fue tan
feroz que solo quedó la destrucción.
El
parque Ambientel de la Núnez de Cáceres fue construido por la
Corporación de Acueductos y Alcantarillado de Santo Domingo (CAASD),
durante la gestión del ingeniero Richard Martínez y puesto en manos al
cabildo del Distrito Nacional.
Hoy, ¿a quién corresponde rescatar dicho centro recreativo y devolverle su esplendor, seguridad y belleza?
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