Por Marta Ropero
Madrid
Un estudio del CSIC publicado en la revista Frontiers in Plant Science ha demostrado que la calidad y sostenibilidad del cava se puede mejorar a través de diferentes estrategias de adaptación del viñedo, a escenarios propios del calentamiento global, de este modo se conseguiría conservar y mejorar la química entre alcohol-acidez, lo que podría dar lugar a vinos de cava de mejor estructura y perfil aromático.
Cambio climático
Las temperaturas han aumentado en los últimos 20 años y, como consecuencia, las fechas de vendimia se habrían adelantado en la región mediterránea en 6 días de media, esto ha causado alteraciones en la composición de los mostos.
En regiones de clima continental y semiárido las uvas han alcanzado, velozmente, concentraciones elevadas de azúcares. Las temperaturas nocturnas altas provocan cambios en la presión varietal, lo que da vinos de bajo calidad.
Principales investigaciones
Los investigadores del CIDE, como consecuencia de está pérdida de calidad del vino, están evaluando en un viñedo en Requena, la eficacia agronómica de varias técnicas de cultivo: sombreado de cepas, forzado de yemas (técnica que consiste en podar los viñedos después de la floración), la poda tardía y el acolchado (mulching). Entre los resultados se han observado que el forzado de yemas ha mejorado la composición de la uva, con una mejor relación alcohol-acidez (intentado reducir esta última)
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