El temor en parte de EE.UU., y en concreto Texas, a una posible escalada de violencia en las calles si el aspirante demócrata a la Casa Blanca, Joe Biden, gana las elecciones de mañana, martes, es latente en el estado sureño, cuya población ha sido tradicionalmente amante de las armas.
Las leyes estatales permiten portar armamento de manera visible, una regla que a menudo aprovechan grupos que defienden a capa y espada la segunda enmienda de la Constitución estadounidense, que precisamente protege el derecho a la tenencia de armas, para exponer su arsenal sin problema en manifestaciones.
Este contexto y el hecho de que el gobernador de Texas, el republicano Greg Abbott, desplegará tropas de la Guardia Nacional en las grandes ciudades del estado vislumbran un panorama complicado en el día de las elecciones presidenciales y posteriores.
MIEDO A REBELIÓN DE AMANTES DE ARMAS
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