Aimee Ortiz
The New York Times
Un teléfono o una computadora portátil cuya batería está agotada o a punto de agotarse es motivo suficiente para mandar a cualquiera en una loca carrera para conseguir alguna manera de cargar el dispositivo. Sin embargo, deberías pensarlo dos veces antes de usar ese cable extraño de la estación de carga del aeropuerto o de conectarte a ese puerto USB del hotel: los “hackers” podrían estar al acecho.
En la antesala de la ajetreada temporada navideña, la oficina del fiscal de distrito del condado de Los Ángeles está alertando a los viajeros acerca de una estafa realizada con cargadores USB, conocida también como “ataque de carga”.
“Una carga gratuita podría terminar vaciando tu cuenta bancaria”, dijo el fiscal adjunto de distrito, Luke Sisak, en un video publicado en línea este mes.
El “ataque de carga” sucede cuando los usuarios desprevenidos conectan sus dispositivos electrónicos en puertos USB, o usan cables USB que han sido previamente cargados con un programa maligno.
El programa maligno procede a infectar el dispositivo, dándoles entrada a los hackers. Con ese acceso, ellos pueden leer y exportar tu información, incluyendo tus contraseñas, e incluso bloquear el aparato, haciendo que sea imposible de utilizar.
El “ataque de carga” se aprovecha de la necesidad cotidiana de tener una batería completamente cargada, dijo Liviu Arsene, experto en seguridad cibernética de BitDefender, una compañía rumana de ciberseguridad y software antivirus.
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