El dominicano de 31 años promediaba .181 al bate con ocho cuadrangulares y 18 carreras impulsadas en 45 juegos. Utilizado más que nada como bateador designado, se encontraba en un bache de 18-1 frente al plato desde su último partido con más de un jonrón, el 24 de mayo.
''Pedro es un buen hombre. Es un buen compañero'', indicó el manager Buck Showalter. ''Ante la posibilidad de que algunos otros jugadores regresen (de la lista de lesionados), simplemente no iba a haber más turnos al bate para él''.
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